Plan General de Contabilidad Pública

Al igual que ocurriera en el 2007 con la aprobación del Real Decreto 1514/2007, la contabilidad del Sector Público ha sido objeto de una gran transformación siguiendo los pasos del Plan General de Contabilidad (PGC) para el sector empresarial.
A inicios del 2011 entró en vigor el nuevo Plan General de Contabilidad Pública, sustituyendo al PGCP’94. Su fuente inspiradora se halla en el marco conceptual de las NIIF, lo que ha motivado la inclusión de nuevos términos y estados contables (Estado de Cambios en el Patrimonio Neto y  Estado de Flujos de Efectivo) dirigidos a apreciar la “realidad económica y no solo la forma jurídica” de las operaciones. No obstante, quien escribe estas lineas, quisiera destacar la contribución que aporta este plan a la mejora de la gestión de los recursos públicos a través de la memoria.

Nos encontramos en un momento en el que la crisis del Estado de Bienestar nos plantea el dilema de si las Administraciones Públicas podrán seguir respondiendo a la creciente demanda social. Ante esta realidad, la clave no debe centrarse en qué servicios públicos y en cómo financiarlos, sino que en cómo gestionar los recursos públicos, es decir, en el control del gasto. Ahora más que nunca la sociedad reclama el cumplimiento del artículo 69 de la Ley General Presupuestaria (“Los sujetos que integran el sector público estatal adecuarán su gestión económico-financiera al cumplimiento de la eficacia en la consecución de los objetivos fijados y de la eficiencia en la asignación y utilización de recursos públicos, en un marco de objetividad y transparencia en su actividad administrativa”).

La nueva memoria incorporará información dirigida a la comparación entre entidades a través de indicadores de tipo financiero patrimonial y presupuestario. Además, y como gran noticia a celebrar, contiene unos indicadores de gestión, así como información sobre el coste de las actividades. Esta giro supone un guiño a la toma de decisiones inspiradas en el modelo ABC/ABM de Kaplan y Cooper. Recordemos que este modelo revolucionó hacia la década de los noventa la forma de calcular el coste de los productos o servicios y, en base a ello, el análisis de la gestión empresarial (la empresa es percibida como un conjunto de actividades que consumen recursos y añaden o no valor). La exclusiva dedicación del apartado 25 de la memoria a la “información sobre el coste de las actividades” supone un aliciente para la implantación de sistemas que permitan medir su eficiencia y eficacia y, de esta manera, con una visión más crítica, fijar qué actividades desarrolladas por el Sector Público habría que modificar o, inclusive, suprimir. El NPGC no define con claridad el concepto “actividad” -laguna que esperemos que se solvente en un futuro cercano-, pero el simple hecho de analizar el coste por actividades es  un gran salto de la contabilidad pública a la gestión basada en la información económica, y de ésta a una mejor utilización de los recursos públicos.

Patricia Víctor